miércoles, 28 de enero de 2015

Hacer los deberes. Principio de responsabilidad


¿Tengo que ayudar a mi hijo con los deberes .

¿Qué hacemos si el niño no apuntó los deberes o no sabe lo que tiene que hacer? La psicóloga infantil Silvia Álava lo explica en este artículo de opinión


Estos días se está hablando mucho de este tema, a raíz de que una madre se negase a resolver a su hija los deberes del colegio, pero el debate de si los deberes, son tarea para los padres o para los hijos lleva mucho tiempo abierto.


Tal y como argumento en mi libro 'Queremos Hijos Felices', los deberes son responsabilidad del niño, no de los padres, y desde el primer momento debemos hacérselo saber. En muchas ocasiones observamos que los estudios y las notas preocupan más a los padres que a los hijos. Esta es una actitud errónea, pues de esta forma, no lograremos que los niños asuman su responsabilidad. Los niños piensan: «si otro lo hace por mí, ya no tengo esa obligación», y además se puede convertir en una llamada de atención hacia el adulto.


Los niños necesitan practicar los nuevos conocimientos para afianzar la mecánica de muchos aprendizajes, sobre todo en etapas claves como el aprendizaje de la lectoescritura, es por eso, que muchos días traen deberes del colegio para hacer en casa. Pero no podemos olvidarnos, que los deberes son responsabilidad de los niños, no de los padres, y que los padres asuman esa responsabilidad es un error del que siempre se arrepentirán.


¿Qué hacemos entonces si el niño no apuntó los deberes o no sabe lo que tiene que hacer? Esta es una pregunta que nos hacen muy a menudo los padres en la consulta de psicología. Lo habitual es que para evitar que al niño le pongan una nota negativa el padre o la madre se lo resuelva y escriba un whatsapp a otra madre preguntando qué hay que hacer o en el caso de que falte un libro, mandando una foto del mismo… pero, ¿qué conseguimos con esto?

1 El niño no aprende la necesidad de apuntar en su agenda o de prestar atención a lo que manda la profesora en clase, pues ve que es más fácil y más rápido que lo gestione mamá o papá en casa.

2 No asume la responsabilidad sobre sus cosas, y sus deberes, pues sus padres la asumen por él.

3 No aprende estrategias para resolver la situación, sus padres están adoptando un estilo de educación sobreprotector y le resuelven el problema.

4 Sabe que en el fondo a sus padres les preocupa más la nota que a él.

5 No aprende que sus actos tienen consecuencias tanto positivas como negativas, y que si no es responsable y no realiza sus deberes, tendrá una nota negativa, o lo que el profesor estime necesario.


¿Qué hacemos entonces?

En este caso, tendrá que ser el niño el que resuelva la situación, y él que asuma las consecuencias de no saber sus deberes. Si es la primera vez, le podemos decir que él o ella se encargarán de llamar a un amigo o amiga y preguntarle qué tiene que hacer. Tiene que ser el niño quien resuelva el problema, y además ver el coste que tiene haberse olvidado. Y mejor que su compañero se los dicte a que le mande una foto de los mismos.


Si esta opción no es posible, el niño o la niña tendrá que asumir las consecuencias establecidas por el profesor al no llevar los deberes. Pero lo que los padres no deben de hacer:


Dejarle que como no tiene deberes se tire toda la tarde viendo la televisión o jugando con la tablet, ordenador, videojuegos… si no que no tenga acceso a los mismos durante ese día.

Ponerle una nota de disculpa al profesor.

Resolverle ellos la situación.

Pasos a seguir para conseguir que los niños se hagan responsables de sus deberes y obligaciones:

Desde pequeños deben responsabilizarse de sus cosas, que no vean que no es necesario recoger sus juguetes o estar pendientes de ellos porque otros adultos los van recoger o a guardar.

Si pierden algo, no hay que reponerlo de inmediato. Tienen que aprender el coste de haberlo perdido.

Cada cosa tiene un sitio. Establezcamos con el niño dónde vamos a poner cada cosa, y mantengamos su sitio.

Trabajemos los hábitos desde bien pequeños, no esperemos a que sean 'mayores'. Todos los días nos podemos sentar un ratito a trabajar en la mesa de estudio, en el mismo sitio a la misma hora, a leer, a dibujar, a hacer letras…


Establezcamos tiempos cortos de trabajo, y poco a poco los iremos alargamos. No pretendamos que los niños estén horas trabajando ellos solos.

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