lunes, 3 de febrero de 2014

Extra José María sobre lenguaje periodístico Título, subtítulo y cuerpo de noticia



        FINCA   LA ALMORAIMA

                 La Almoraima ya tiene precio.

 La finca que el Sindicato Andaluz de Trabajadores/as (SAT) lleva reindicando para los trabajadores/as de la zona. Está más cerca de ser vendida poniendo este patrimonio público en manos de empresas privadas. El Gobierno Español quiere sacar a licitación la finca pública ubicada en el municipio Gaditano de Castellar por un precio de 300 millones de euros. Los compradores interesados son extranjeros. Tiene 14.000 hectáreas.
La Almoraima es enorme y hermosa. Cuando se asciende por sus lomas y se dejan atrás el pueblo y las dehesas, se apoderan del paisaje los alcornoques, quejigos y acebuches. Desde los cerros rematados por pinos de repoblación, parece que Gibraltar se pueda rozar con los dedos. La vista del Estrecho es uno de los encantos de este pulmón verde, ubicado a menos de cinco minutos en coche de las chimeneas del polo químico del Campo de Gibraltar. El 90,4% de la finca está dentro del Parque Natural de Los Alcornocales, donde pocas actuaciones agresivas se podrían autorizar a priori. Pero el meollo de esta historia está en ese casi 10% que no está protegido y donde el Gobierno apuesta ahora por una reconversión hacia el turismo más exclusivo —asociado a la caza— para hacer más atractiva la venta del latifundio.
El 90% de la finca está dentro del parque de Los Alcornocales.
La Almoraima está completamente cercada por 163 kilómetros de vallado. Según se detalla en el Plan de Especial de Ordenación de Usos presentado por el ministerio, “el perímetro de vallado exterior asciende aproximadamente a 92.033 metros”. En el interior, existe otra red de vallas de 71.536 metros, “cuyas funciones son impedir el acceso de la caza a la superficie segregada de la finca (Castellar el Viejo), a la zona de cultivos y a parte de la red de carreteras”.
La caza es uno de los alicientes que se destacan en el plan especial para potenciar el turismo.
“La demanda de caza sigue en aumento, siendo su principal problema el número excesivo de individuos, que acarrea problemas de regeneración en el arbolado y de disminución de calidad en los trofeos”, se apunta en el documento. Según el censo realizado en La Almoraima en 2.004, en la finca hay “1.526 ciervos, 1.585 muflones y 3.160 gamos”.
Pero en el latifundio también hay aprovechamientos ganaderos. Hay 1.100 cabezas de ganado vacuno y 1.300 de ovino.
Otra parte de la finca (720 hectáreas) se destina a la agricultura de cereales, girasol y algodón. 246 hectáreas son de regadío y 474 de secano.
   



 

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