Se tiene constancia de que su vida pública
transcurrió entre 1276 y 1309. Como militar intervino en las luchas internas
del Marruecos meriní. Tras las incursiones
norteafricanas en la Baja Andalucía de 1275, medió en la
tregua establecida entre el sultán meriní Yusuf yAlfonso X el Sabio en 1276. A finales de 1281 o comienzos de 1282, intervino en el
pacto entre el citado Yusuf y Alfonso X, en virtud del cual el sultán meriní
ayudaría al monarca castellano frente al rebelado infante don Sancho. En 1282, el Rey Sabio premió los servicios de Guzmán con la
villa de Alcalá Sidonia, hoy Alcalá de los Gazules, que le cambiaría ese mismo año por el Donadío de Monteagudo (hoy cortijo en el término municipal de Sanlúcar de Barrameda). Además el rey le casó con María Alfonso Coronel, una rica mujer que aportaría al matrimonio una importantísima
dote, compuesta por casas en la collación (feligresía) de San Miguel en Sevilla, olivares de Torrijos
(hoy hacienda en Valencina de la
Concepción), olivares de La Robaína (en Pilas), la villa de Bollullos de la
Mitación, las aceñas (molinos de harina) que había en el río Guadalete junto a Jerez de la Frontera, el pago de viña de La Ina (hoy barriada rural en Jerez de la Frontera) y el pago de viña de El Barroso (hoy cortijo en Jerez de la Frontera).
Con el acceso al trono de Sancho IV, Guzmán marchó de nuevo
al sultanato meriní de Fez,
haciendo una gran fortuna con la que ampliaría sus propiedades. Compró más
olivares en el Aljarafe, más
casas en Sevilla, La
Algaba, Alaraz, el Vado de las Estacas (enAlcalá del Río), Santiponce, la villa de Ayamonte y
su castillo, Lepe, La
Redondela (en Isla
Cristina), la mitad de la villa (hoy ciudad) de El Puerto de Santa María, la
dehesa de Vilaraña (en El Puerto de Santa María), el
Donadío de Ventosilla (hoy cortijo situado entre Sanlúcar y Jerez) y el Donadío
de Alixar (hoy Alijar, cortijo entre Sanlúcar y
Jerez).
Posteriormente,
en 1294, el propio Sancho IV recurrió a Guzmán para la defensa de Tarifa, plaza amenazada por el infante don
Juan, hermano del monarca, con la ayuda de los meriníes y nazaritas. Allí ocurrió la célebre
defensa heroica de Tarifa, con la muerte del inocente hijo menor de Guzmán,
convertida en leyenda. Tras la gesta de Tarifa, Sancho IV le prometió
verbalmente el Señorío de Sanlúcar en cuyo
término se incluían los lugares y poblados de Sanlúcar de Barrameda, Rota, Chipiona y Trebujena. Sin embargo, fue su hijo Fernando IV quien
hizo efectiva dicha merced en 1297. Con el tiempo, Sanlúcar se convertiría en
el principal solar de la casa. En 1299 recibió la merced de la almadraba de Conil y en
1303 la almadraba de Chiclana, cuyas
respectivas aldeas pobló. En 1307 recibió el Señorío de Vejer de la Frontera, a cambio de Zafra y
Falconera, en Extremadura. Asimismo
recibió el Señorío de Marchena y una
retención sobre las rentas de Medina-Sidonia.
A la muerte de
Guzmán el Bueno en la Sierra de Trebujena, luchando en la frontera con el Reino de Granada, las dimensiones de sus señoríos y propiedades en el alfoz
sevillano del Aljarafe, el área fronteriza onubense, el Bajo Guadalquivir y el
área del Guadalete, convertían a la Casa de
Guzmán en el linaje más importante de la alta nobleza en Andalucía durante la Baja Edad Media
Leyenda de Guzmán el
Bueno
“Alonso Pérez de Guzmán, más conocido por Guzmán el Bueno,
defendía la plaza tarifeña, entonces sitiada por los benimerines de Marruecos.
No encontrando los sitiadores la forma de vencerle por las armas y teniendo
cautivo al hijo del defensor de Tarifa, le conminaron a rendir la plaza o, por
contra, darían muerte al indefenso niño. Y aquí surgió el hecho heroico,
muestra de abnegación y lealtad. Guzmán el Bueno asomado a los adarves de la
muralla se negó a entregar la plaza que el rey le había encargado custodiar. Y
para mostrar su determinación lanzó al campo agareno su propio puñal, mientras
que según un antiguo romance exclamaba: «Matadle con éste, si lo habéis
determinado, que más quiero honra sin hijo, que hijo con mi honor manchado.
El Castillo
de Guzmán el Bueno
El Castillo
de Guzmán el Bueno se
encuentra situado sobre un saliente elevado, junto al mar, dominando la ciudad
española más meridional de la península y que da acceso al Estrecho de Gibraltar, Tarifa, en Cádiz.
El
castillo debe su nombre a la heroica gesta de Alonso
Pérez de Guzmán, entonces alcaide de la fortaleza. En 1294 los musulmanes
pusieron cerco al castillo que, teniendo en su poder al hijo de don Alonso, le
instaron a que entregara la plaza o su hijo moriría. Don Alonso Pérez de Guzmán
prefirió sacrificar a su hijo antes que entregar la población, tirando incluso,
desde el torreón octogonal, su propio cuchillo para que lo mataran.
Castillo
de Guzmán el Bueno fue restaurado en la primera mitad
del siglo XVII, cuando aún mantenía su actividad defensiva como baluarte frente
a la piratería berberisca que asoló estas costas durante los siglos XVI y XVII.
En el
siglo XVIII parte de las murallas del Castillo
de Guzmán el Bueno fueron
adaptadas para la instalación de artillería y, durante la Guerra de la Independencia,
sirvió de acuartelamiento a las tropas hispano-británicas que defendieron Tarifa del ejército francés (1811-1812).
En 1989
pasó a manos civiles, siendo desde entonces su titularidad municipal. En esa
fecha se iniciaron trabajos de investigación arqueológica que, junto con obras
de restauración que aún continúan, perrmiten un mejor conocimento e
interpretación del monumento. Este hecho se verá apoyado por la creación, en el
interior del monumento, de un centro de interpretación castellano-nazarí.
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