lunes, 4 de mayo de 2015

Trabajo de Pablo sobre el cambio de papeles (Ciudadanía)

El príncipe desaparecido




Érase una vez, en un país llamado Rasen, capturaron a su príncipe por la noche. Cuando la noticia llegó a oídos de los mejores guerreros del país, se convocó una reunión con el rey Federico, el rey alterado por la desaparición dijo:
-¡Seguro que lo ha capturado una bruja con su magia negra!
A partir de ese momento comenzó la reunión.
-¡Yo iré a rescatarlo, pero por un precio! Dijo un guerrero con pinta de tener buenos recursos.
-¡Yo lo haré gratis! Dijo una voz dulce.
Todos se apartaron y miraron a esa persona, era una mujer de unos 23 o 24 años. Tenía el pelo rubio con tiras de castaño. Llevaba puesta una armadura de oro. Tenía una espada guardada y un arco con flechas a la espalda.
Entonces todos se rieron, y el rey dijo:
  • Mañana serán las pruebas para ver quién irá.
  • ¡Mañana el príncipe podría estar en la barriga de la bruja!, gritó uno.
  • Entonces serán hoy, dijo el rey.
Dicho y hecho. A los 10 minutos estaban en el jardín del castillo. Se hicieron dos pruebas:
En la primera se hizo tiro con arco, hubo unas muy buenas puntuaciones pero la mejor era la de la mujer.
El Rey se quedó impresionado con su puntuación, se acercó a ella y le preguntó:
  • ¿Cómo te llamas joven?
  • Me llamo Reisel, Reisel Davenport. Respondió ella.
El Rey asintió y gritó a todos:
  • ¡Ya tenemos la ganadora de esta prueba!
La segunda prueba habría que derrotar a un soldado enorme y fiero.
Nadie le venció, excepto Reisel.
A los 5 minutos Reisel se fue a buscar al príncipe. Al salir de las fronteras del país, Reisel se dio de bruces con un lobo hambriento y feroz. Antes de que el lobo le atacase desenfundó su arco, y le pegó un flechazo en la cabeza. Por algo había ganado el tiro con arco...
Más tarde anocheció y tenía hambre, así pues buscó un conejo y lo puso al fuego. Se echó en un lecho de hierba y allí pasó la noche.
Al amanecer, siguió su camino para buscar al príncipe.
Encontró un torreón, y en la pequeñísima punta estaba el príncipe con pinta de tener mucho mucho miedo.
Reisel escaló el torreón y le dijo al príncipe:
  • He venido a rescatarte
  • Una chica... Murmuró el príncipe
  • ¿Tienes algún problema? Dijo Reisel ya un poco disgustada.
  • Bueno, da igual. ¿Cual es el plan?
En ese momento se abrió la puerta de la azotea y apareció una bruja fea , con un gorro negro y una túnica. Y gritó:
-¡Como te atreves a entrar aquí...!
La bruja no pudo acabar la frase porque Reisel le había clavado la espada velozmente.
Volvieron al país y el Rey dijo:
  • ¡Muchísimas gracias!, y entonces preguntó -¿Cuánto dinero quieres?, dijo el Rey.
  • Con un gran festín me conformo.
Comenzó el festín y fueron felices y comieron codornices.


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